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LA MUY FAMOSA CUBA DE SAHAGÚN
"Tomen los semaneros una hora antes de comer un poco de pan y vino sobre la ración ordinaria, para que a la hora de comer sirvan a sus hermanos sin murmuración y grave molestia"
Cap. XXXV de la regla
La regla de San Benito, moderada, muy adaptable a genios diferentes, de sabio pragmatismo, humilde, era la de mayor predicamento y observancia en la época de mayor esplendor de las peregrinaciones.
Y las abadías benedictinas, las más generosas con el vino, tanto para los monjes, a quienes sirvió para mitigar la silenciosa convivencia, como para los romeros, siempre sedientos, que se acercaban con la seguridad de hallar junto al caldo caliente, el caldo fresco animador de su caminar.
Los monjes españoles, de acuerdo con una vieja tradición, se negaban a ayunar o soportar restricciones alimentarías los sábados y domingos.
Cap. II de la Regla de San Benito en el que había una coletilla que rezaba " El sábado y el domingo beban vino los que quieran según costumbre....."
Cuando en el Codex Calixtinus se describe a Sahagún, se dice de él que es " pródigo en todo tipo de bienes". Quizás la ciudad más animada del Camino, en la que encontraron acomodó un montón de etnias y aventureros de toda Europa. “gascones, bretones, alemanes, yngleses, borgoñeses, lombardos......"
Y, todos los oficios abastecedores del Camino" herreros, carpinteros, "xastres, pelliteros, çapateros, cortidores...." .
Hay en Oña, en las bodegas de los frailes algunos toneles tan grandes que caben en cada uno treinta mil cántaros. Pero había otra cuba en el centro" iter stellarum " en España, que se hizo famosa por su extraordinaria capacidad y protagonismo: la cuba de Sahagún.
El vino corrió en Sahagún durante la Edad Media más que el agua, era pródiga para el cultivo de la viña y así el P. Escalona, nos dice que las rentas que percibe anualmente solo en vino, alcanzan 3000 ducados, se gastan unos 150 litros diarios de vino.
En este ambiente, que hizo perdurar durante siglos la prodigalidad de Sahagún como Meca de la vida alegre y de la picaresca del Camino, titiriteros, tunos, jugadores de ventaja y demás compañía, algo tuvo que ver la cuba del monasterio.
La fantástica cuba, de su concreta cabida sólo se ha llegado a saber que era de más de 30000 cantarás (más de medio millón de litros), la comarca de Sahagún siempre fue rica en vino, y mucho iba, como los falsos peregrinos, a Galicia.
Fuente: Asociación Cultural Balle de Scapa
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LAS FAENAS AGRÍCOLAS
LA RECOLECCIÓN
El verano agrícola, que venía a coincidir prácticamente con el verano meteorológico, no solo en el aspecto laboral, sino en la convivencia familiar y en el escenario de la vida del pueblo.
Ya, en los últimos días de junio se hacían los preparativos de la recolección, se segaban a ras del suelo las eras, haciendo desaparecer las hierbas altas y cardos, que habían crecido en la primavera y habían sobrevivido a la voracidad de ovejas y jumentos.
Los agosteros procedían del mismo pueblo o de otros pueblos vecinos, aparte de estos trabajadores, había cuadrillas de gallegos, andaluces, que venían a León y a Castilla a segar a mano, su horario de luz a luz, y en la mayoría de los casos, dormían en el tajo, en pleno campo.
Las Mujeres, también participaban en la gran prisa del faenar del verano, uno de los trabajos más corrientes en el verano era el arranque de las legumbres, todas las casas tenían sembradas parcelas de lentejas, garbanzos, titos, estás
legumbres servían para el consumo familiar, así para piensos del ganado lanar, cabrío o su venta.
Iniciaban la faena a primera hora del día, apenas templado el estómago con un trozo de pan y alguna engañifa comestible y trabajaban ocho horas. Su jornada acababa al mediodía, regresando a casa y después del aseo, la comida y una siesta reparadora.
Las Espigadoras, solían salir en cuadrilla, mujeres de avanzada edad, ya no aptas para aguantar una jornada, con unas tijeras atadas a la cintura y un talego, salían al campo al alba, en busca de los rastrojos ya acarreados, para coger una a una, las espigas que se iban alienando en sus manos.
Hecha la manada, cortaban las pajas con sus tijeras y las cabezas granadas pasaban al talego, lleno el costal, cargaban con él al hombro y regresaban a casa, bien avanzada la mañana. Las cabezas de las espigas eran luego desgranadas y aventadas en el corral o en la calle. Y, así las espigadoras conseguían su propia cosecha de grano, una carga, dos cargas...
El Mochil o motril era el muchacho que en una labranza, hacia labores menores durante el verano, jovencitos entre ocho y quince años, que no aptos para faenas largas y duras, ayudaban en menesteres de recadero.
El motril no madrugaba al acarreo, ni segaba, ni desarrollaba labores de fuerza y destreza. Su cometido principal era el llevar las comidas y bebidas a la era, generalmente con un borrico más o menos dócil.
La Siega, comenzaba el segador con las primeras luces y lo dejaba al sol puesto, en medio, largas horas de forzada postura, pequeño descanso para la comida y abundante agua para aliviar la sed.
Y, luego, dormir a cielo raso o en un chozo en ruinas, la cebolla al lado para ahuyentar a la culebra, pasando del sudor a la frescura de la madrugada. En la mitad del siglo XX se introdujeron las máquinas segadoras, primero con ruedas metálicas y arrastradas por animales.
El Acarreo, segada la cosecha, comenzaba el acarreo de la mies, desde el rastrojo hasta la era. El acarreo se hacía con los carros normales de labranza, a los que añadía unos complementos sobre la caja, redes de esparto, unos brazos de madera, las teleras.
Se iniciaba el acarreo a medianoche, esto suponía que los agosteros ya habían dormido de dos a cuatro horas. El " entorno", volcar el carro, era un episodio casi fijo cada verano y puede decirse que no hubo agostero que no entornase alguna vez.
La Trilla, el gran invento, fue el trillo clásico, con armazón de gruesos tablones unidos y con la parte delantera encorvada hacia arriba. La Trilla, ocupaba la mayor parte central del verano, los días más calurosos del verano.
Los agosteros unían las mulas o vacas y empezaba el monótono circular sobre la mies, el volver la Trilla y recoger sus orillas, se repetía varias veces, hasta que las pajas fuesen cortas y las espigas estuviesen totalmente desgranadas.
La Bielda, separación del grano de la paja, en los montones de mies trillada, era la última faena de la recolección, el verano se dividía en dos etapas de recolección, la cebada y el trigo.
La labor de la bielda requería una especial maestría, pues cualquier descuido podía estropear muchas horas de trabajo. Como el grano, todavía salía con bastante paja, requería una nueva pasada, ya el grano salía limpio, se le amontonaba en "muelos" y quedaba listo para el envasado y almacenamiento.
Fuente: Asociación Cultural Balle de Scapa
Poblados y Despoblados
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POBLADOS Y DESPOBLADOS
RÍO SEQUILLO
Madoz, en su diccionario sitúa el nacimiento del río Sequillo "en unos cerros que hay entre San Martín de la Cueza y Villazán de Cea”. Sé refiere al Cerro Valorio, al sur de Celada de Cea, este cerro queda muy próximo al Alto de la Cuesta Quemada.
Por este alto descienden, al llover, las que van a ser las primeras aguas del Sequillo, firmado por el arroyo de los Pozancos, que en unión de otros más pequeños que discurren por el pago de las Cárcavas Altas, forman la cabecera del río al norte del pueblo llamado Riosequillo.
En el primer tramo del río Sequillo, por su margen derecha, la divisoria de aguas con el Valderaduey viene marcada por unos cerros, tal como el Alto del Carrasco, el Torramillo, la Cuesta Banastas y el Rebollo.
Riosequillo - Es el primer núcleo de población que se asienta en el río Sequillo. La documentación sobre el pueblo es escasa y tardía en el Becerro de las Presentaciones, aparece con la denominación de Rioseco.
En el siglo X, en la documentación aparece una "ecclesia Sancti Fructinisi in Rivulo Sicco"
También, en 1275 tenemos una carta de venta hecha por Pedro Gil al Obispo Don Tello de Palencia, por lo que se traspasa su heredad en Ruiseco Da-ra-duei.
Al sur del pueblo, pasado un puente de piedra sobre el cauce, se le une por su margen derecha el llamado arroyo del Padro.
Está expresión se advierten: la una que, debido a la poca importancia del río Sequillo, el pueblo se llama "de Araduey". En la documentación del Monasterio de Sahagún, frente a la gran abundancia de menciones de los ríos Cea y Valderaduey, solo en 24 ocasiones figura el nombre del río Sequillo, en 11 Rivo Sicco y en 13 Rivulo Seco.
Bustelo de Iauiv- despoblado entre el Araduey y Rioseco.
Villaverde - despoblado, en el interfluvio Sequillo - Valderaduey se cuenta el arroyo de Villaverde, en el término de San Nicolás del Real Camino. Es el resto de un poblado llamado Villaverde, aparece en el Becerro de las Presentaciones (iglesia de Santa María) y en el Becerro de las Behetrías, Merindad de Carrión.
Villa Vimara o Guimaras- dentro del término de Escobar de Campos se localiza a 5000 metros al norte del pueblo.
Escobar de Campos - El panorama que ofrece el paisaje de esta ribera, es esencialmente distinto, ya que se ha reducido el cultivo del viñedo, y hoy domina una inmensa monotonía producida por la gran extensión del cultivo de cereales.
Con respecto a la toponimia, el nombre de Escobar, (lugar poblado de escobas o retamas) haciendo referencia al monte bajo que formaban estás plantas en otros tiempos.
El primer documento sobre este nombre es del año 960, cuando el rey Sancho I confirma el testamento del presbítero Mélic, que deja al Monasterio de Sahagún "otra villa in Scopare". Años más tarde Oria dona a Sahagún unas tierras en Grajal, y entre los que fueron testigos, está "Amor de Scopare".
En el año 986 Vela Velidiz dona a San Salvador de Matallaña la herencia de sus padres y abuelos "in villa que vocitant Escobares". Aparece, Escobar en el Becerro de las Presentaciones y en el Becerro de las Behetrías, Merindad de Carrión.
Valdesalce- Fue un lugar cercano a Escobar, en las orillas del río Sequillo, a su izquierda y junto a una fuente, en el pago que hoy llaman Valdezarce.
Y, desde aquí el río Sequillo, entra en Villada, en la provincia de Palencia.
Fuente: Asociación Cultural Balle de Scapa
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Despoblados en el Río Cea
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DESPOBLADOS EN EL RÍO CEA
CEBANICO A SAHAGÚN
El río Cea, es uno de los ríos que más historia atesora, desde frontera, hasta Reyes,, Monasterios, Nobleza, Judíos, Conversos, toda esta comarca no se puede entender sin el río Cea.
Val de Aller, situado a la orilla del río Cea, junto a La Riba y Cebanico, estos tres pueblos constituían la entrada a la región del Ceyón, que fueron donados al Monasterio de Sahagún por Vermudo Núñez, conde de Cea.
Monasterio de Santa Eugenia de Calaveras, entre el río Cea y el arroyo llamado Calaveras.
Yecla, pueblo documentado en el año 960, hoy solo queda la ermita de Yecla.
Monasterio de Santiago en Valdavida, fundado por Vermudo Núñez, conde de Cea.
Autero Morisco, en Mozos de Cea, 1005 metros de altitud, por el nombre debió ser un fuerte sostenido por moriscos bautizados.
Faravellos, en la carretera de acceso a Valdescapa, dónde hoy existe un pinar. Perteneció a la familia de los Flainiz.
Monasterio de San Millán, en la misma carretera, existe un camino, llamado de las merinas, a mano izquierda.
Monasterio de Santa María, en Valdescapa, existe un pago llamado de las Monjas, en la misma carretera a mano derecha.
Monasterio de San Félix en Sahelices del Río, es la iglesia que existe en el pueblo.
Barriales, pasando Sahelices, dirección a Cea, existe una torre de la iglesia de San Esteban. La leyenda dice que abandonaron el pueblo por las hormigas, la realidad fue las malas cosechas y la falta de agua.
Monasterio de Sanctae Mariae Canraso (Santa María del Río). El pueblo era de Pedro Ansúrez, el 28 de mayo de 1095, lo dona a la Colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid.
Villa Xaén, es la actual Dehesa de Vadellán.
Foncavada, al noroeste en Villamizar, según un texto, parece que fuera un monasterio dedicado a San Pedro.
Sedano y Fontanares, antes poblados, son ahora pagos del término del concejo a orillas del arroyo principal.
Hoques o Oques, en Villacalabuey, fue un lugar solariego y abadengo, dónde tenía derechos D. Juan Alfonso de Alburquerque, según el Becerro de las Behetrías.
Valdéscespedes, hoy es Santa María del Monte de Cea.
Ropa Rubia o Villa Rubia, junto a Calzada del Coto.
Mezerore, entre Villapeceñil y Sahagún.
Fuente: Asociación Cultural Balle de Scapa
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