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Simbología masónica en el mausoleo de la familia Herques

El mausoleo de la familia Flórez-Herques, radicado en el cementerio de Sahagún, da sepultura a Teresa Herques Ybarreta, (1796-1852) y dos de sus hijos que murieron solteros, Silverio (1829-1889) e Hipólito Flórez Herques (1834-1903). Se comenta que también podría haber sido enterrado en secreto Rogelio Herques, sobrino de la titular, que mató a su hermano y a su cuñada antes de suicidarse en Montecarlo en 1888, aunque no hay ninguna referencia al traslado de restos de Montecarlo a Sahagún. Según la prensa de la época, Rogelio fue enterrado en absoluta soledad fuera del recinto católico, mientras que los restos de Robustiano y su esposa, la cubana Ana María de Rivas, fueron acompañados en su sepelio en el cementerio católico de Montecarlo por las autoridades del Principado y algunos familiares de los fallecidos.

Resulta extraño que la iglesia católica permitiera un mausoleo con estas características. Los enterramientos masónicos no estaban permitidos dentro del recinto católico, quizás por eso el mausoleo no tiene los símbolos más conocidos como la escuadra, el compás y la plomada, o el ojo masónico dentro del triángulo. En cambio, resalta símbolos comunes con el cristianismo, como la cruz coronando ambas columnas. También es posible que el alto nivel económico de la familia ablandase la rigidez de las autoridades parroquiales que, dicho sea de paso, contaba también con sacerdotes masones.

En primer lugar, llama la atención la orientación diferente al resto de los enterramientos próximos, en este caso está situado en dirección a la capilla, quizás para despejar dudas. Entre los masones el mausoleo era la representación en pequeño del templo de Jerusalén, por lo que es frecuente la presencia de las dos columnas (Jakim y Boaz), así como otros motivos ornamentales cargados de un simbolismo que a continuación comentamos.

El obelisco es la parte más visible. Es el monumento de piedra en forma de prisma rectangular en disminución hacia la cúspide, la cual está rematada por una pequeña pirámide (piramidión). Símbolo fálico del Antiguo Egipto, representa la fuerza creadora de Ra, el dios sol, y era el nexo de unión entre el cielo y la tierra. Entre los masones simboliza la iniciación en los Misterios y representa la fuerza, autoridad y energía. Las columnas representan la entrada al Templo de Salomón. Simbolizan la dualidad, la fuerza y el equilibrio, la vida y la muerte, la luz y la sombra. Estaban adornadas por dos capiteles con guirnaldas entretejidas con lirios y granadas, símbolos de unidad, paz y abundancia.

(Fuente:Juan Giraldo González. 24.10.2017)

 
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