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27.01.1942 – El Pirineo 

Viejo reino de León, por Alvaro Cunqueiro. Una vez, un dia setembrino, posé en Sahagún. Conocí uno de los dulces y serenos atardeceres que hombre nacido pueda entender. Y vino la estrellada con todo su esplendor, relucida en la gravedad oscura y dilatada del cielo. Arriba y abajo, el camino de Santiago, mi camino, corría sus pasos. Desvelado, esperé las altas horas, absorto, oyendo aquel inmenso silencio de tierra, sintiéndola latir sobrenaturalmente. Desde aquella tarde y aquella noche, cuando cruzo las tierras de León, recuerdo mi pasmo de Sahagún, y en mi corazón se avivan mis amores leoneses”.

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