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Vista general

Ruinas de Santa Maria la Real de Trianos

El Monasterio de Santa Maria la Real de Trianos perteneció a la Orden de Canónigos Regulares de San Agustín desde el siglo XII hasta el XVI y a los dominicos a partir de entonces. En el siglo XIX, cuando la Desamortización de Mendizábal (1835) acaba con las propiedades eclesiásticas y pasa a ser propiedad privada.

Los restos más antiguos corresponden a la cabecera de la iglesia, siendo el crucero y el resto de la iglesia obra del siglo XVI. Actualmente, la única construcción parcialmente conservada es la iglesia, que tiene adosadas varias construcciones recientes. La cabecera conserva alzados. Las restantes edificaciones están prácticamente desaparecidas. Existen restos de salas monásticas que conservan decoración mural.

Algunos de los bienes destacados del monasterio se encuentran en la iglesia de San Tirso de Sahagún, como el Sarcófago Gótico
de piedra caliza fina, que representa un caballero del siglo XIII con gonela y capa. La pieza puede fecharse en el siglo XIII. El retablo del monasterio, obra de Guillén Doncel y Juan de Angers, está en la iglesia de San Lorenzo. Se encuentra reconstruido e incrustado en la Capilla de Jesús del citado templo.

LAS TROPAS FRANCESAS EN EL CONVENTO DE TRIANOS

“Relato de la llegada de las tropas francesas al convento- colegio de Santa María de Trianos, escrito por un testigo ocular y se llamaba Fray José de San Vicente"

24 de julio de 1808

Por no ver el pelo a los Demonios, tomé las de Villadiego, para Asturias el 24 de julio. Volví a Trianos el 1 de octubre (cuantos trabajos hubiera ahorrado con no volver) y encontré a los leoneses haciendo fiestas, y comiendo, por ser libres de los franceses; Qué bien os torearan estos luego!!

A mediados de noviembre ya vimos pasar por Trianos a los nuestros dispersos camino a Burgos en cuadrillas de 40 y 300, que por todo el mes, nos comieron y chuparon de todo.

Vimos luego dominados por los Diablos desde el 5 de diciembre, los malos ratos que nos dieron, no es posible declararlo. Las contribuciones que echaban todos los días acabarían con una villa grande, quanto más a un convento agotado y empeñado en 200 reales.

Sin las veces que cada hora los veíamos tramitar por aquel Camino Real, entraron en el convento más de 50 veces siempre asustándonos, siempre pidiendo, siempre comiendo lo que no había: A los infiernos lo vayan a cargar, Amén.

Cuando estábamos resueltos a escapar, aterrados con el Oficial Soult, por el que pedía al convento 600 pares de zapatos y 250 capotes (Contribución imposible en las circunstancias, aunque nos sobrará el dinero) sopena venir fuerza armada a buscarlo, y exponernos a penas no escritas.

Nos visitó Dios misericordioso con la venida impensada de los ingleses, que caminando por la noche, más de 8 leguas, amanecieron sobre Sahagún, cogieron 300 enemigos.

El ejército inglés se componía (y diga quien quiera lo contrario) de 350 hombres y 70 de caballería, que lúcidos y gallardos mozos,

¡Que esforzados! ¡Que caballos! ¡Qué artillería!

¡Qué riquezas y equipajes!

Dado lo extenso de la carta, lo dijimos en tres partes, siendo esta la primera parte.

(Fuente:Asociación Cultural Balle de Scapa. Facebook)

 

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