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Alfonso VI

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Centenario de Alfonso VI - Conclusiones  -  Noticias sobre los restos mortales - Los restos de Alfonso VI...


1078 - El 1 de marzo el rey Alfonso VI otorga al abad don Julián que nadie de mi imperio, ni extraña alguno,`pueda entrar en ninguna de vuestras villas para exigir a sus habitantes ni fonsado ni fonsadera. Es decir, declaraba a los moradores de los pagos del abadengo exentos del servicio militar, al que estaban obligados todos los súbditos del imperio, eximiéndoles asimismo de la fonsadera o tributo pecuniario ( ver Vocabulario de Tributos de la época ) que cubría tal exención en quien no quería hacer el servicio militar.

 

1079 - El día 10 de Mayo, Alfonso VI concede el privilegio de coto al Monasterio de Sahagún. El 25 de Noviembre de 1085, una carta suya extendía leyes, fueros ( ver fueros ) y exenciones a cuantos quisieran venir a poblar la nueva villa de SAN FACUNDO
Alfonso VI hizo trasladar a San Facundo el mercado que se venía celebrando en Grajal de Campos.-
El 25 de Octubre de 1093, constituyó en SAN FACUNDO, el lunes de cada semana como día de mercado.
1109 - Alfonso VI falleció en Toledo y fue traído a San Facundo su cadáver siendo sepultado el 12 de Agosto.-
Alfonso, cuya querencia especial hacia la villa de Sahagún y su monasterio benedictino, quiso enterrar a las cuatro esposas que le premurieron en panteones dentro de la Abadía, y él mismo dispuso ser enterrado al lado de ellas en un monumental panteón que Ambrosio de Morales, comisionado del rey Felipe II, describía en su visita a Sahagún, en el año 1572, de esta manera:
«En medio de la capilla Mayor está enterrado el rey don Alonso el VI con harta magestad de sepoltura: sobre leones grandes de alabastro está una arca de mármol blanco de ocho pies en largo, cuatro en ancho, y alto, y el cobertor es llano y liso de una pizarra negra: sobre éste tienen con madera hecha representación de gran tumba, que de ordinario está cubierta con un tapiz tejido"

2019 - 21.08 a las 15 h. de este día se trasladaron los restos del rey Alfonso VI y sus esposas, Inés, Constanza, Berta e Isabel, a un nuevo mausoleo, obra del escultor leonés Amancio González. Se levanta acta notarial y asisten como testigos: Paulino González Terrón y Máximo Gómez Rascón, representando  al Obispado de León, María Anunciación Ríos y Pilar López, representando a la comunidad benedictina, Paula Conde Huerta (Alcaldesa), y Alejandro García Bermejo (concejal de Patrimonio), representando al Ayuntamiento


(1040-1109).   Rey de León (1065-1109) y de Castilla (1072-1109). Nieto de Sancho de Navarra, heredó de su padre Fernando I el trono leonés en 1065 y de su hermano Sancho el castellano en 1072. En un principio, de afrontar luchas intestinas por el mantenimiento del trono, pues le es disputado por su hermano mayor Sancho II de Castilla, quien logra derrotarle en las batallas de Llantada (1068) y Golpejera (1072). Como consecuencia de ello, Alfonso es encarcelado en Burgos y posteriormente desterrado a la ciudad musulmana de Toledo. El asesinato de Sancho, posiblemente por encargo de Alfonso, en la ciudad de Zamora le convierte de nuevo en rey de León y le permite reclamar el trono castellano como heredero, con el apoyo incondicional de su hermana Urraca. La relación entre ambos hermanos nunca ha sido debidamente aclarada, promoviéndose los rumores ya en la época de un posible incesto.Cualidades de Alfonso VI

Durante su mandato Alfonso VI se dedicó a consolidar los territorios heredados y a extender las fronteras a costa de los musulmanes. Así, el primer objetivo fue la conquista del reino de Toledo, lo que se consiguió en 1085. De esta manera lograba controlar los pasos serranos principales del sistema montañoso Central y las guarniciones que los custodiaban, extendiendo su dominio y área de influencia sobre los reinos taifas limítrofes. El hostigamiento sobre el reino de Murcia organizado por García Jiménez desde el castillo de Aledo y el excesivo tributo, exigido con dureza a los señores musulmanes, obliga a estos a solicitar ayuda de los imperios africanos, lo que significa el principio de la intervención almorávide en la Península. El desembarco de tropas culmina con la derrota de los ejércitos de Alfonso en la batalla de Sagrajas (1086) a manos de los almorávides de Yusuf, lo que significa un fuerte retroceso en las aspiraciones cristianas. La derrota orienta un cambio de política de Alfonso hacia los reyes taifas, mostrándose más conciliador y tolerante hacia el Islam y retomando el título con que se autoproclamó antes de la caída de Toledo de "Emperador de las dos religiones". Sin embargo, los almorávides han descubierto la debilidad del poder cristiano y la posibilidad de establecerse definitivamente en territorio peninsular. Así, desembarcan otra vez en 1088 y asedian Aledo, siendo ahora derrotados. Un tercer intento en 1091 culmina con la ocupación de los reinos taifas y con el asentamiento definitivo del poder almorávide. Se inicia así una etapa expansiva que pasa por las batallas de Consuegra (1097) y Uclés (1108), que significan grandes pérdidas para Alfonso VI, tanto territoriales (Uclés, Ocaña, Cuenca, Huete), como humanas (el infante Sancho, heredero al trono, el conde García Ordóñez). Las únicas victorias cristianas no logran parar el empuje musulmán, a pesar de la defensa de Toledo en 1090 y las expediciones del Cid (Valencia, 1094). Durante su mandato, además, se produjo una profunda reestructuración interna del reino, que se plasmó en el terreno político en los fueros de Burgos (1073), Sepúlveda (1076) o Logroño (1095) y, en el ámbito religioso-administrativo, en la reasignación de sedes episcopales a Ávila (1087), Salamanca (1102) y Burgos (1075). Además, debido a la influencia de sus esposa francesas, continuó la política de asimilación de las ideas europeas emprendida por Sancho III, promoviendo la integración de los monasterios en la reforma cluniacense, nombrando obispos franceses para las sedes eclesiásticas principales y fomentando la peregrinación a Santiago de Compostela, en cuyos principales puntos del camino surgieron barrios franceses. Además, se produjeron profundos cambios en el terreno de la liturgia, al sustituirse el rito mozárabe o visigodo local por el romano, imperante en el resto de Europa, a pesar de la oposición popular. Sustituyó también la escritura visigótica por la carolina. Fue llamado Pater Patriae. El 30 de junio de 1109 muere Alfonso VI y fue traído a SAN FACUNDO su cadáver, siendo sepultado el 12 de Agosto de ese mismo año, según se recoge en su testamento, " Escogí para mi sepultura a San Facundo, por demostrarle, aun en la muerte, el mucho amor que le tuve en vida "se plantea entonces un fuerte problema sucesorio, tras la muerte de su hijo Sancho en la batalla de Uclés. A los graves problemas fronterizos se suma ahora una guerra civil, que se resolverá en favor de su yerno Alfonso I de Aragón.

Su primera esposa fue Inés, de origen francés 1073/4. Falleció en el 1077 y fue sepultada en el monasterio de San Facundo de Sahagún. En los primeros meses del 1079, se casa con Constanza, viuda del conde de Chalon-sur-Saone, nieta del rey de Francia Roberto II el Piadoso, hija menor de Roberto - duque de Borgoña - y, para mas títulos, sobrina del abad Hugo de Cluny.

En el año 1093 fallece Constanza de Borgoña, su segunda esposa y es enterrada también en el monasterio de Sahagún.

En 1094-1100 estuvo casado con Alberta de Lombardía, que fue enterrada también en el monasterio benedictino de Sahagún.

Unos años mas tarde perdería la que fue su cuarta esposa, Zaida, nuera de Al Mutamid de Sevilla, a la cual había tenido como concubina desde 1091/1092 y con la que tuvo el único hijo varón Don Sancho; en 1107 la convirtió en esposa legítima casándose con ella y llamándola con nombre cristiano Isabel.

Finalmente se casó con Beatriz, también de origen francés, con la cual estuvo casado desde 1107 hasta su muerte, diecinueve meses mas tarde.

Fuente:Artehistoria

 “ Su nobleza se conjugó con su valentía; sobresalía por su virtud; su gloria no tuvo par. En su reinado reverdeció la justicia, la esclavitud halló su fin; las lágrimas, su consuelo; la fe, su expansión; la patria, su engrandecimiento; el pueblo, su confianza; el enemigo fue aniquilado, las armas callaron; el árabe, desistió; el africano se aterrorizó…”

Jiménez de Rada, Historia de los Hechos de España  

 

 
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