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DÍA DE ROMERÍA

 

CULPABLE

Culpable dijo una voz,
saliendo de la multitud.
Culpable eres tú
por darnos tanto amor.

Ahora nos enfrentas
por hacer las cosas mejor,
por tratar de sentir el luto
de vestirnos de dolor.

Por tratar de llorar.
Por tratar de cambiar
vida sin preocupación
por vida sin pecar.

Culpable por no ordenar
la más triste celebración
de esta Semana Santa
como es tu crucifixión.

Te miro directamente al rostro
parece que te veo llorar,
correr lágrimas negras
por los surcos de tu dolor

Harto de este pueblo
que no comprende tus palabras
que cuando el Viernes es mañana
hace mofa y escarnio de tu credo.

Y te pido perdón como siempre,
te pido que puedas entenderlo
porque todos somos tus hijos
¡ Querido Cristo de los entierros ! .

Michel Peregrina
27.03.2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Balada del Río Cea

 

Poesía premiada en la Convocatoria del primer Certamen Literario, Juegos Florales de Sahagún, del año 1959

Lema "De Tierra"

Cristal en arquitectura;
piropo jugando a río…
Pureza de calofrío
en arcángeles de altura.

El Céa es una ternura
duermevelada en el puente.
Es un juglar inocente
que rima amor con ribera
y lleva la primavera
prendida de su corriente.

De su corriente prendida
tiene una sombra en la mano
y, bajo el puente romano,
un águila en despedida.

Aún le duele en doble herida
doble santidad quebrada.
Espuma desconsolada
ocultando el pensamiento
y rizándose en el viento
de saber la voz pasada.

Y, él, sabe una algarabía
de moros sobre su espejo
y recuerda en su reflejo
alfanjes de morería…

El recuerda todavía
-memoria larga y serena-
que en el oro de su arena
hubo un beso enamorado
y hasta hubo un rey derrotado
regándole con su pena.

Pero su pena es de nieve
-nieve de cumbre lejana-
que se vuelve filigrana
de pluma de arcángel leve…

El quiere, de vuelo breve,
remontarse en golondrina
y arrancar, en vez de espina,
una rosa del paisaje
para bordársela al traje
de amor a la Peregrina.

De amor, el Céa, y de beso
-agua de mover molinos-
quiere ignorar los caminos
del
Esla. Quizá por eso
sueña con quedarse preso
junto a la Virgen pequeña.

La Peregrina, risueña,
crisálida y mariposa,
sabe que tendrá la rosa
que la golondrina sueña.

El sueño la Virgen sabe
y se vuelve de cariño
mientras cuenta el cuento al Niño
de cómo es el agua un ave.

Caña y junco; verso y nave;
mi balada se recrea,
se canta y caracolea
para no llegar al mar.
En Sahagún quiere quedar
la golondrina del C
éa.

Manuel Vegas Asin.

 

LLUEVE EN SAHAGÚN

Gerardo Guaza González nació en Barcelona en 1961, sus padres, Vicente Guaza y Floriana González son nacidos en Sahagún, en 1968 la familia se trasladó a Castelldefels donde residen en la actualidad.
Se diplomó en Magisterio por la Universidad de Barcelona, pero su profesión es la de asesor fiscal y laboral.
Colabora desde hace veinte años en el grupo literario ALGA de su localidad, publicando poemas en la revista que editan.
También publica artículos culturales en un periódico local llamado LA VOZ.
En el año 2007 ha publicado una antología titulada "La siembra de Selene" (Colección Hipocampo de Ediciones Parnaso),
"Poemas a mi madre" y "La luz en la clépsidra", son sus dos últimos poemários.
 
 
Llueve con mansedumbre,
el cielo se oscurece como bronce
de campanas calladas.
Sólo los rayos abren brechas
de fuego en el metal.
En un soportal me cobijo
de fuertes y viejas columnas.
Miro la Trinidad al frente
imponente y maciza
(me sigue impresionando
como cuando era niño),
las gotas de lluvia provocan
un llanto sordo en sus ladrillos
que susurra misterios.
Lluvia y rayos amainan,
el camino retomo,
cruzo el puente y arribo
al modesto refugio que me ofrece
la casa añorada de mis abuelos,
brillante en mi recuerdo
como la nieve de la infancia,
mas ahora fosca y deshabitada.
 
Marzo  2009
LA TIERRA DE SAHAGÚN

La tierra de Sahagún es bella,
el trigo verdea en los campos
y su aire es puro todavía
como el temblor de un labio. 
 
El horizonte de Sahagún es llano
como una mano abierta,
como un extenso mar
que confunde mis venas. 
 
Las noches de Sahagún son claras,
sus estrellas son teas
de resina encendida
que iluminan las siembras.

La tierra de Sahagún es dulce,
como un pecho materno
que amamantará con amor
el rescoldo de mis recuerdos.

Febrero 2005

ATARDECER EN SAN LORENZO
 
El sol se oculta lento
y la llanura –trigal encendido-
se deja acariciar
por nubes de color ámbar y rosa.
La calle ya está en sombras,
solitaria y silente.
Arriba, la torre de San Lorenzo
aún recibe los brillos
últimos de la tarde.
Refulge como una joya de piedra
pulida por el paso de los siglos...
La luz erguida
ilumina mi rostro.
 
Agosto 2008
 

 

A SAHAGÚN

 

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