.JPG) Hoy nos vestimos de antiguo por las fiestas medievales que proliferan día a día por los pueblos y ciudades. Participa todo el mundo forasteros y locales, la gente llana del pueblo también las autoridades. Se buscan añejas ropas por baúles y desvanes y si allí no las encuentras recurres a los disfraces, o te las haces tu mismo con agujas y dedales que con un poco de ingenio verás lo bien que te salen. El caso es participar divertirse y alegrarse con música, canciones, cuentos, rimas de juglares. Se ven antiguos oficios en otros tiempos vitales herreros o forjadores hoy oficios ancestrales. Algunos hilan, o bordan, tejiendo en viejos telares encuadernando a la antigua o vendiendo cachivaches. | Rateros y ganapanes mesoneros, cantineros engañabobos, truhanes. Personal de toda estofa, mujeres de mala vida que mercadean sus dones, no puedo entrar en detalles. Acuden los halconeros, que inundan plazas y calles y otras gentes muy dispares muy querida en estos lares pues no en vano en esta villa hubo justas medievales donde acudían los nobles y hasta familias reales de ello da fe nuestra historia, los nombres de nuestras calles, las ruinas monumentales, las iglesias y conventos, recorridas por entonces por los primeros juglares, según datos de la historia que hoy día son contrastables. Por todo eso vivimos tanto estas fiestas medievales muy dentro del corazón pues nos sentimos juglares, y herederos de sus rimas, de su música y cantares. De veras que disfrutamos los mayores y chavales. Y para cerrar las fiestas cenaremos, beberemos a raudales, cosa que ellos no podían por carecer de caudales y una vez todos ahítos de probar tantos manjares cantaremos, bailaremos como auténticos juglares. Viva Sahagún y sus gentes y nuestros acompañantes. Manuel Morala. 2011 |