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LAS ESCUELAS DE DOÑA FLORA FLÓREZ HERQUES

Del año 1914 y cuando España supo mantenerse neutral en los doloridos campos de la primera guerra Mundial, es otro documento de Sahagún, que nos habla ahora de senderos educacionales en la Villa.

Mediante solicitud, presentada a la corporación municipal a 22 de julio de 1912 y aprobada en sesión ordinaria de la misma a 23 de agosto de ese mismo año, había construido doña Flora Flórez de Sahagún un edificio, destinado a Círculo Católico de Obreros, sobre un solar propio del ayuntamiento en el sitio de la Abadía de Sahagún, al finalizar la calle de Alfonso VI. Solar que le fuera cedido a aquella ilustre dama, a cambio de que hiciese el pozo artesiano de la Villa, cual rezaba la resolución municipal y como efectivamente se llevó a cabo, saliendo beneficiado Sahagún con aquellas dos obras, debidas a la munificencia de doña Flora Flórez. Pero, habiendo quedado el local del Círculo Católico casi sin funcionamiento, y requiriendo el concejo un lugar apto para escuelas públicas, doña Flora Flórez –en uno de sus multiplicados gestos de filantropía y cristianismo hacia su Villa natal- optó por cederlo al ayuntamiento con aquel fin y de mutuo acuerdo con su esposo, don Luis Rodríguez Vicent, según consta en la escritura pública del 7 de septiembre de 1914, ante el abogado y notario de Sahagún, don Carlos Valle-Inclán y Peña.

Las condiciones que a su donación puso doña Flora Flórez, fueron las siguientes:

  1. Que el edificio se lo donaba al ayuntamiento con destino a escuelas públicas y católicas, debiéndose impartir en sus aulas enseñanza católica a los alumnos, con lecciones de moral y religión, historia sagrada y otros conocimientos culturales que no contraviniesen a la formación cristiana.
  2. Que en la fachada principal y sobre la puerta de entrada, rezase la inscripción: Edificio consagrado al Corazón de Jesús, donado por Dña. Flora Flórez Herques, para Escuelas Públicas y Católicas.
  3. Que, sobre el título o en el salón principal de las escuelas, se colocase una placa grande del Corazón de Jesús.
  4. Que no habrían de sobrevenirle nuevos gastos, tanto de la escritura pública que se hiciese al efecto, como de una copia de la misma, que se le habría de entregar a la donante.
  5. Que la omisión o incumplimiento de cualquiera de estas cláusulas, daría lugar a rescisión en la donación del edificio, el que pasaría –ipso facto- a disposición del obispo de León para que, a su arbitrio y decisión, le diese el destino más conveniente; y que, si el obispado de León llegase a verse suprimido, se debería entender hecha la donación al Sr. Arzobispo de Valladolid o, en su defecto, al de Toledo.
  6. Que, después de su muerte, nadie de entre sus familiares y deudos se sintiese con derecho alguno a reclamar algo contra dicha donación, la que habría de entenderse con carácter permanente y decisoria.

En 1918 comenzaron a funcionar las escuelas de doña Flora Flórez en Sahagún, y seguían funcionando en 1926 cuando –a 16 de septiembre- don Joaquín Gómez Ruiz, alcalde constitucional del ayuntamiento de la Villa, facultado por acuerdo del concejo pleno en sesión del día anterior acude al Ilmo. Sr. Director de 1ª Enseñanza para que se sirviese ordenar la creación de dos escuelas graduadas, en base a las dos unitarias de cada sexo, existentes en la actualidad, dado que el exceso de niños asistentes a las Escuelas, dificultaba grandemente una buena enseñanza educativa. A 18 de septiembre de ese mismo año, la Inspección Provincial de 1ª Enseñanza de León daba el visto bueno a la petición de Sahagún, debiendo aquellas escuelas graduadas funcionar con cinco secciones diferenciadas para cada sexo, a cuyo efecto se acompañaba la certificación del ayuntamiento pleno, que se comprometía a ofrecer locales aptos, material educativo conveniente y demás útiles necesarios, así como viviendas para maestros y maestras. Y el visto bueno aquel fue elevado a la administración central de Madrid.

Pero aquella petición no cuajó las expectativas anheladas, ya que la administración central la denegó acaso porque eran demasiado ambiciosas, aunque legítimas. En base a ello y a 24 de mayo de 1927 el alcalde constitucional de Sahagún, don Antonio Serrano Ruiz, vuelve a insistir ante el director general de 1ª Enseñanza, solicitando ahora su beneplácito en la creación de dos “Escuelas Graduadas” en la Villa, una para cada sexo y cada una de ellas compuesta de tres secciones, siempre en base a las dos “Unitarias de niños y niñas” que seguían funcionando en Sahagún, cuya población escolar se demuestra haber aumentado. A los efectos pertinentes, la inspección correspondiente de León recurrió ante la Dirección General de Madrid recalcando que el nuevo Edificio Escolar ha sido hecho conveniente y reglamentariamente a dicho fin. Dato que nos da a entender o que las escuelas de doña Flora Flórez habían sido remodeladas o que se trataba de otras distintas construidas al efecto, lo que nos parece más verosímil en el contexto documental que traemos entre manos, al parecer incompleto.

Con todo y en razón de que estos locales no tienen la forma ni la altura, que por las Instrucciones Técnico-Higiénicas se habían aprobado para este género de edificios, la administración central nuevamente desestimó la reiterada petición de Sahagún, como consta por la comunicación que la sección administrativa de 1ª Enseñanza de León enviaba al ayuntamiento de la Villa a 12 de julio de 1928. Y es entonces cuando se trazan los nuevos planos de reestructuración educativa sobre las antiguas escuelas de doña Flora Flórez, como indica el expediente que nos lo recuerda así:

“Los nuevos planos se han hecho en el Edificio que para Escuelas Graduadas ofrece el Ayuntamiento de Sahagún sobre el que, para tal fin, fuera construido en 1918 por la Excma. Señora Dña. Flora Flórez Herques, quien lo donó  al Ayuntamiento, que tiene su fachada principal al Este en la calle del Rey Alfonso, y está compuesto de planta alta y baja, en terreno seco, siendo sus cimientos de hormigón y el resto del edificio de ladrillo, estando solado con tabla de pino.

Aquellos nuevos planos fueron adjuntados a la instancia que don Rafael Castrillo Méndez, alcalde constitucional de Sahagún, dirigió al director general de 1ª Enseñanza de Madrid el 20 de febrero de 1929, subrayando que el contingente escolar de niñas –de 6 a 14 años- era a la sazón de 318, y el de niños en igual edad escolar ascendía a 301, sumando un total de 619 alumnos. El 2 de septiembre de ese mismo año don Modesto Medina Bravo, inspector de 1ª Enseñanza de la provincia de León, acompañado de don Mariano Calderón, vocal-médico de la junta local respectiva de Sahagún, de don Esteban Fernández San Martín, maestro de obras, y actuando como secretario don Máximo Franco Bartolomé –que lo era también del ayuntamiento- dan conformidad a la construcción de las escuelas de Sahagún, así como a la Unitaria de Niños creada con carácter provisional para la referida localidad por R.O. de 23 de julio de 1929. Y es que, aprobados los planos y mientras se llevaba a efecto la remodelación estructural de las nuevas escuelas de Sahagún, el ministerio del ramo había ordenado crear aquella Unitaria, con el fin doble de dar cabida al creciente alumnado de la Villa, sin estorbar el avance de las nuevas construcciones.

Finalmente, a 19 de septiembre de 1931, el inspector de 1ª Enseñanza de la provincia de León, don Ciriaco Juan Huerta –por delegación del Inspector Jefe- , acompañado ahora por don José Bermejo Luna, vocal-médico de la respectiva junta local del ramo de la Villa de Sahagún, de don Gregorio Delgado Fernández, maestro de obras y actuando como secretario don Eduardo Franco Díez, que lo era –a su vez- del ayuntamiento, dan su aprobación a las escuelas graduadas de la Villa, haciendo constar, bajo juramento, que los edificios reúnen las debidas condiciones higiénicas y pedagógicas necesarias en esta clase de construcciones, así como de su solidez, al igual que las viviendas que para los señores maestros se habían habilitado. Felizmente, las obras estaban finalizadas; y el día 6 de noviembre de 1931, don Benito Franco, alcalde presidente del ayuntamiento de Sahagún, en nombre y representación del mismo, y don Rafael Castrillo Martínez, maestro nacional de las escuelas del primer distrito, en representación del Estado, proceden a la entrega e inauguración de los ambientes escolares de la Villa de Sahagún, titulados del Convento de San Benito, que tienen una extensión de 68 m. en la fachada de las ruinas del Convento, 70 m. en la de San Tirso, 45 m. en la parte de la Carretera y 46 m. en la fachada de las Escuelas.

Y prosiguieron funcionando las escuelas de doña Flora Flórez o de San Benito, como también se llamaban, hasta 1950, por más que, aumentando el ritmo escolar, hubieron de habilitarse –en el entretanto- nuevas aulas en la parte posterior del ayuntamiento, por razones pedagógicas y por dar cabida a un contingente nocturno de escolaridad para adultos y trabajadores del campo. Todo ello, sin contar el alumnado infantil y de señoritas que atendían en su colegio las Hermanas de la Caridad, así como las cinco aulas de alumnos que poblaban los reductos del Colegio San José de los Hermanos Maristas, construido por los años 1928 sobre un solar, propiedad de doña Flora Flórez también. Pero es mucho lo que hemos avanzado en el tiempo, sólo en lo que respecta al momento educativo de Sahagún  y sobre el que habremos de volver más tarde, pues es el núcleo documentario más abundante en el archivo municipal de la Villa.

(Juan Manuel Cuenca Coloma. Sahagún Monasterio y Villa, Pags.436 a 440)

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